Los humedales, muchas veces subestimados o destruidos por la expansión urbana y agrícola, son uno de los ecosistemas más valiosos para la regulación del agua. Su capacidad para retener, filtrar y liberar líquidos lentamente los convierte en una barrera natural clave frente a inundaciones, tormentas y crecidas de ríos.
Con el aumento del cambio climático y los fenómenos meteorológicos extremos, su recuperación y protección resulta más urgente que nunca.
¿Qué son los humedales?
Son zonas donde el agua está presente de forma permanente o temporal, ya sea en superficie o bajo el suelo. Incluyen:
- Manglares
- Pantanos
- Lagunas
- Marismas
- Turberas
- Estuarios
- Ciénegas
Estos ecosistemas actúan como esponjas naturales: absorben el exceso de agua durante temporadas de lluvia y la liberan lentamente en épocas secas.
¿Cómo protegen frente a inundaciones?
Los humedales funcionan como sistemas de defensa natural gracias a varias características:
✅ Retención de agua
Sus suelos saturados y vegetación densa almacenan grandes volúmenes de agua que de otro modo inundarían zonas urbanas y agrícolas.
✅ Reducción de la velocidad del flujo
La vegetación frena el movimiento del agua, evitando desbordes repentinos.
✅ Absorción de lluvias extremas
Actúan como amortiguadores cuando caen precipitaciones intensas.
✅ Protección costera ante tormentas y marejadas
Los manglares, por ejemplo, reducen la fuerza de las olas y protegen comunidades costeras.
✅ Prevención de erosión
Retienen el suelo y estabilizan riberas de ríos y costas.
Ejemplos reales de su impacto
- Bangladés y Filipinas: los manglares han reducido hasta en un 30% los daños por ciclones.
- Países Bajos: restaurar humedales ha sido clave para evitar desbordamientos de ríos.
- América Latina: en zonas del Amazonas, los varzea (humedales inundables) regulan el flujo de los ríos en temporada lluviosa.
La gran amenaza: su desaparición
Según la ONU, el mundo ha perdido más del 35% de los humedales desde 1970. Las principales causas son:
- Urbanizaciones en zonas inundables
- Agricultura intensiva
- Contaminación
- Minería y ganadería
- Cambios en cauces de ríos
- Infraestructuras mal planificadas
Cada humedal destruido aumenta el riesgo de inundaciones, desastres y pérdidas económicas.
Restaurarlos es más barato que reconstruir
Invertir en la restauración de humedales puede costar entre 5 y 10 veces menos que reparar daños tras una inundación o construir muros de contención artificiales. Además:
✔ Filtran contaminantes
✔ Favorecen biodiversidad
✔ Recargan acuíferos
✔ Capturan carbono
✔ Mejoran el paisaje y turismo ecológico
¿Qué podemos hacer?
Tanto gobiernos como ciudadanos pueden contribuir:
- Proteger humedales existentes con leyes efectivas
- Restaurar zonas degradadas o desecadas
- Impulsar la educación ambiental comunitaria
- Detener construcciones en zonas inundables
- Promover infraestructuras verdes urbanas
- Apoyar proyectos de conservación y turismo responsable
Cada acción ayuda a que estos ecosistemas sigan salvando vidas y territorios. Los humedales no son tierras “improductivas” ni espacios olvidables: son aliados naturales ante inundaciones y eventos extremos. Donde otros ven agua estancada, la naturaleza ha creado diques invisibles que protegen ciudades, cultivos y comunidades. Conservarlos hoy es prepararnos mejor para el clima del mañana.
